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jueves, 16 de febrero de 2012

¿Prevenimos o sanamos?




Esta semana he visitado a un familiar en el Hospital, nada serio una intervención rutinaria, lo que me ha hecho pensar en la similitud de lo que hace el médico por nuestra salud y nosotros como consultores de feng shui por nuestros edificios y de ese modo ambos mejoramos nuestras situaciones personales.

En nuestro cuerpo, cuando somos jóvenes y rebosamos salud, no nos importan mucho nuestras pequeñas imperfecciones, si por ejemplo nuestras rodillas no son perfectas, si fumamos o cometemos excesos con la comida, con unas pequeñas ayudas: bicarbonato si comemos demasiado, o un poco de descanso, lo solucionamos todo.

Lo mismo sucede con los edificios; cuando hace poco tiempo que los habitamos, aunque no sea un lugar perfecto, la ilusión inicial, las horas extras, la energía renovada, repercutir al cliente algunos costes… solucionan esas pequeñas imperfecciones.

Pasa el tiempo, las personas que cuidan su alimentación, no cometen excesos, hacen un poco de ejercicio y las revisiones médicas adecuadas a la larga mejoran su calidad de vida.

También nuestros edificios cumplen años y les ocurre algo similar. Cada factor influye y es importante, más en situaciones económicas complicadas como la actual, que deja a la vista cualquier mal hábito e imperfecciones del entorno. Las deficiencias feng shui de cada edificio se evidencian más. En esta situación es imposible repercutir costes al cliente, las horas extras ya se han añadido a nuestra jornada laboral con el fin de mantener el barco a flote y necesitamos hacer algo diferente. ¿Pero que?

La respuesta es: una revisión feng shui , que es para un edificio lo que a un humano la revisión medica. Deja a la vista los puntos débiles del edificio y como no de la organización, lo cual nos permite mejorarlos.

Las propuestas feng shui, la intervención adecuada en el momento y modo indicados hacen que además de atenuar los puntos débiles, estos puedan convertirse en un punto fuerte de la organización. Un punto a nuestro favor en tiempos difíciles, ¡bienvenido sea!

Más vale prevenir que curar. Cuidamos nuestro edificio o ¿esperamos a que enferme?

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